marzo 03, 2022

Cómo hacer de tu hogar un lugar acogedor para todos

Por Ana Ángeles Andrés Greciano
Cómo hacer de tu hogar un lugar acogedor para todos

Dar la bienvenida a nuestros huéspedes no solo se trata de tener baños impecables, pisos inmaculados o que en cada plato de la vajilla podamos ver nuestro reflejo. Haciendo alusión a una ama de casa excesivamente preocupada, podemos decir que, agobiarnos por tener una casa perfectamente limpia para nuestros invitados no solo juega con nuestra salud mental, haciéndonos sentir inseguras y arrebatándonos el momento de disfrute que se supone debe ser interactuar con nuevas personas, además es innecesario.

La hospitalidad no se trata de hacer tu vida y la de todos los que viven contigo menos divertida porque basas tu comportamiento en las expectativas que supones los otros tendrán, va mucho más allá de eso. Cuando pensamos en un hogar acogedor nos viene a nuestra mente solo baños impolutos y un salón inmaculado, ¿cierto?

Te preguntarás por qué necesitamos ser hospitalarios, quizás sientes que tu hogar es un sitio personal y no ves como una buena idea invitar gente a menudo. Puede parecer así en un comienzo, pero realmente la incomodidad que nos trae esta actividad se debe a la presión innecesaria antes mencionada, el deseo de tener una casa excesivamente limpia y perfecta nos deja exhaustas. Todos necesitamos de compañía, extrovertidos e introvertidos, necesitan por lo menos unas pocas personas con las cuales sentirse seguras y conectadas, algo que hoy en día es difícil conseguir.

La gente cada vez se cierra más y se preocupa por cosas banales, alejándose de las personas que quiere, después de todo y aún en estos tiempos necesitamos alguien con quien contar y tener buenas conversaciones.

Construir relaciones y formar una comunidad es uno de los principales aspectos que brinda la hospitalidad, cuando te esfuerzas por crear un ambiente acogedor donde las personas se sientan bienvenidas, das un paso más hacia la evolución de una buena relación.

Ser hospitalario es una lucha contra la soledad que hoy por hoy la modernidad nos hace sentir, esa falta de conexión humana que todos anhelamos es remediable y comienza en tu hogar.

Tal vez tu casa no es perfecta ¡Mi casa no es perfecta! Probablemente la casa de quien te visite tampoco lo sea. Es mejor mostrar nuestra casa como es y no intentar aparentar o avergonzarse por lo que no tenemos. Quizás tu sofá tiene algún rasguño del gato o tus hijos les han hecho un par de manchas, pero, aunque pueda parecer que no es lo adecuado, es justo lo contrario. Las personas que invitas a tu casa seguramente también tienen un sofá, una mascota o un hijo, o por lo menos saben que estos tres existen y que las marcas de uso son inevitables.

Estas pequeñas marcas generan confianza y comodidad, sabes que la persona es humana y no te estás sentando en el sofá nuevo de la mueblería para saber si es lo suficientemente cómodo como para llevarlo a casa. Las imperfecciones les permiten a las personas bajar la guardia y confiar en el entorno de tu hogar, esta vulnerabilidad es necesaria.

Nuestros huéspedes y la limpieza

Todos conocemos ese personaje de película que lucha por ser perfecto, ordenado, limpio, con un peinado que ni el viento puede mover de lugar. La pregunta es, ¿su actitud realmente brindaba comodidad? Fuera de escenarios cinematográficos existen personas que disfrutan de tener una casa bastante limpia y ordenada. No hay nada malo con eso, a todos nos gusta un ambiente limpio, pero cuando nuestras actitudes acerca de la permanencia de la limpieza en el hogar empiezan a incomodar al invitado comenzamos a ser el anfitrión insoportable, aquel que siempre hace sentir como intrusos a sus invitados.

Hay actitudes que hacen sentir a tus huéspedes lo más lejano a un invitado como vigilar incansablemente a sus hijos pequeños por si en cualquier momento fueran a romper todos los jarrones de la sala, hacer que se quiten los zapatos en la entrada o apresurarlos cuando están en el baño porque quieres limpiarlo inmediatamente...
 
Estos son comportamientos que debemos evitar a toda costa, nadie se siente cómodo cuando su anfitrión está expectante, con los guantes de fregar puestos, esperando a que en cualquier momento manches su sofá con vino para correr a limpiarlo. Una vez la casa esté limpia, tenemos que dejar que nuestros huéspedes disfruten de ella, incluso si eso significa un par de manchas aquí o allá. Si estás desesperada por mantener todo impecable, ni tú ni ellos disfrutarán.
 

No dejemos que nuestra alfombra sea más importante que las personas, la mayoría de las manchas, si son limpiadas después de que nuestros huéspedes se retiren, no causarán daño irreversible, así que no te preocupes más de lo que deberías. Aquieta los pensamientos compulsivos de limpieza y disfruta de la compañía.

Pequeños detalles hacen invitados felices

No necesitas de mucho presupuesto ni una casa perfecta para hacer de tu hogar un lugar acogedor. Para crear un ambiente cómodo y mantener a nuestros huéspedes felices solo debemos tomar en consideración unas pautas simples.

Para propiciar un ambiente acogedor debemos encargarnos de las necesidades primordiales de las personas, una persona con hambre o sed nunca estará por completo cómoda.

Bebida

Nunca dejes a tu huésped con sed, proporciónale algo de beber si así lo desea, no importa que tan larga o corta sea la visita. Con un vaso de agua basta, aunque nunca está de más ofrecerle algunas opciones para que pueda escoger.

Comida

Mantenlo simple, el momento del aperitivo o merienda debe ser sencillo. Puedes ofrecer desde canapés hasta frutas, cualquier fruto seco o preparación, tus invitados estarán más que contentos, créeme ellos no están esperando una comida gourmet.

Si el caso es una cena que hayas preparado, también mantenlo simple en todo momento, no intentes hacer preparaciones por primera vez en esa noche. Realiza aquella receta que sabes que es imposible que no te resulte, todo con tal de no añadir estrés innecesario. Aunque puede ser que no tengas todas las noches un lugar extra para reservar, encárgate de preparar comida adicional para dos o tres personas más. Nunca sabes si recibirás un invitado inesperado o si tus huéspedes tienen un gran apetito.

Baño

Es importante tener un baño lo suficientemente limpio y mantenerlo en un punto normal, un punto donde no te sentirás avergonzada si alguien entrara allí. Si tienes más de un baño en tu casa, esfuérzate para que uno de esos baños esté realmente limpio y puedas dirigir a tus invitados hasta él.

Si tienes niños pequeños puede ser difícil, pero haz tu mejor intento. Un baño fresco y limpio ayuda en gran parte a un huésped a sentirse cómodo.

La comodidad en cinco sentidos

Las otras claves para ser un gran anfitrión y conseguir que tu huésped se sienta realmente cómodo las puedes basar en la satisfacción de los cinco sentidos: vista, olfato, gusto, oído y tacto. Adaptando el entorno de tu hogar a un ambiente que sea placentero en cuanto a la percepción de dichos sentidos, de esta manera crear un espacio acogedor representa una tarea más sencilla.

Vista

Debemos convertir nuestro entorno en algo agradable a la vista, iniciando desde la puerta principal del hogar. No solo me refiero a limpiar, quiero hacer alusión a pequeños detalles que denotan tu preocupación por la situación visual del mismo ambiente. Se puede notar a la persona que ha cuidado de su casa, esta coloca una alfombra de bienvenida, flores en la entrada, un jarrón especial que se observa al abrir la puerta. No tengas miedo de hacer de tu casa una galería de cautelosos recuerdos, esto es personal y ayuda a crear una conexión con tus invitados.

Es lindo notar que alguien se esforzó en crear un lindo paisaje en su hogar para ti, así la casa se siente preparada para un huésped.

Olfato

Quizás uno de los sentidos más importantes a tener en cuenta cuando preparamos nuestra casa para recibir invitados, el olfato es un sentido que puede anular a los otros de manera natural. No importa demasiado si el lugar tiene la temperatura adecuada, o si es muy lindo y ordenado, si huele a comida podrida solo podrás pensar en las fuertes ganas de huir de allí.

Esfuérzate para que tu casa huela bien y una vez estés segura de que toda la basura está afuera, hornea unas galletas, o enciende una vela que tenga un olor muy delicioso y usa el olfato como un sentido a tu favor.

Sin embargo, tampoco hagas que tu hogar albergue un olor muy condensado de algo (aunque sea un aroma exquisito), eso comprometerá la frescura del ambiente, y puede hacer sentir a tus huéspedes incómodos. Siempre sé sutil cuando quieras añadir alguna fragancia, los extremos nunca son buenos.

Gusto

Siempre es un lindo detalle ofrecer comida según las necesidades del invitado, ¿hoy es un día donde el viento es persistente y algo frío? Mejor ofrece una bebida caliente, un té, un café. Un buen vaso de limonada fresca en un intenso verano nunca vendrá mal, eso demuestra que eres atenta y te preocupas por el bienestar de ellos.

Puedes ofrecer aperitivos de la misma forma, o solo ofrecer unas galletas recién horneadas que todo el mundo adora. Es importante no dejar que nuestros invitados se sienten en nuestro sofá sin antes ofrecerles algo, quizás tengan hambre o sed y no lo quieran decir por vergüenza, ofrecer aperitivos y bebidas es algo educado y adecuado en todo momento.

Oído

Un camino directo a la concentración, el ruido puede convertir lo que fue un lugar cómodo en algo caótico, por lo cual es recomendable que elimines todos los ruidos que pueda haber en el hogar, incluyendo la televisión. Dejar la tv encendida cuando tienes invitados no es una buena decisión, el ambiente se vuelve ruidoso sin motivo y nuestra concentración se esparce, lo que dificulta mantener la conexión durante las conversaciones.

Quizás pensemos en colocar música de fondo, algo que debemos reflexionar fríamente si alguno de nuestros huéspedes tiene dificultad auditiva. También debemos tomar en consideración que cualquier ruido hará más complicado que las personas mayores puedan escuchar. Por lo tanto, sé muy severa al considerar si es buena idea poner música tenue o no.

Si tienes hijos es importante que converses con ellos acerca de la importancia del respeto, es bueno que puedan interactuar con los adultos, pero es relevante el hecho de no interrumpir las conversaciones al menos que sea algo urgente. A veces los niños suelen convertirse en demasiado para nuestros invitados, así que si los niños están dominando la conversación o invadiendo el espacio personal de otros, a veces es bueno recordarles sutilmente que cada quien necesita su espacio.

Tacto

Es de suma importancia cómo nos acercamos a nuestros invitados y cómo establecemos contacto físico con ellos. Cuando sea una ocasión apropiada puedes recibirlos con un abrazo, pero de no ser así, siempre puedes darles una ligera palmada en el hombro y guiarlos a un lugar cómodo donde puedan sentarse.

En este punto es relevante recordar que necesitamos un sofá cómodo y sillas libres de desorden. Si tienes muebles muy incómodos y deteriorados la gente realmente evitará sentarse allí, si sientes que tus muebles no están en buen estado ¡No desesperes! Siempre puedes encontrar muebles usados, lindos y funcionales por un muy buen precio.

Ahora, más que de tacto hablaremos de sensación; debes revisar el termostato, asegurándote de que no esté demasiado frío o caliente el ambiente dentro del hogar. Si tienes chimenea en invierno puedes agregar unos troncos extra y estará todo listo para la llegada de los invitados.

Cómo comenzar a dar la bienvenida

Esta puede ser una de las fases más difíciles, sabes cómo hacerlo y tienes la motivación, pero no sabes exactamente cómo empezar. Lo mejor si has decidido que quieres ser más hospitalaria es ponerlo en práctica ahora, ya sea este mismo día, semana o mes, pauta una hora e invita a tus amigos, a la familia vecina o a quien quieras. 

Recuerda que es importante no solo invitar a nuestros amigos cercanos, también a aquellas personas que no conocemos del todo bien y que queremos conocer mejor, cenas y juegos son ideales para acercarse y forjar nuevas amistades.

Cuando dejas los estándares de perfección de lado puedes notar que ser hospitalario es realmente placentero. La gente no viene a tu casa a ver perfección y limpieza, las personas quieren tu compañía. Sigue las metas que te propones para ampliar tu hospitalidad y conseguirás hacer de eso parte de tu estilo de vida, no temas salir de tu zona de confort porque al final el esfuerzo valdrá la pena.

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